Mientras me lavo las manos

Me lavo las manosNo debí hacerlo. Me siento como todo un miserable. Hoy en la mañana tomé una larga ducha, pero todavía me siento sucio y la conciencia me remuerde.

Siempre que esto me sucede, oro. Es algo que aligera mi carga:

Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado. (Salmos 51.2)

Es como el bautismo, en que me sentí emerger del agua libre de toda culpa.

Sin embargo, hoy me siento más horrible que nunca. Aparte de mi pecado, el mundo se me desplomó cuando leí que quizás padecía del Síndrome de Poncio Pilato, una variante religiosa del Síndrome de Higiene, en alusión a los fanáticos que se lavan obsesivamente para desentenderse de su responsabilidad.

“La asociación entre pureza física y pureza moral se daba por establecida desde los tiempos de Poncio Pilato (Siglo I de la era cristiana), de modo que nadie intentó verificarla empíricamente”, dijo hace unos días Chen-Bo Zhong, de la Northwestern University de Toronto, que condujo una investigación sobre el tema con un grupo de estudiantes.

Muchas personas sienten inconscientemente el proceso de limpieza del cuerpo también como una liberación de la mala conciencia, indicaron los autores del estudio.

Los científicos confirmaron que las personas que no se habían lavado se sentían peor desde el punto de vista moral.

Para sorpresa de los psicólogos (y complacencia mía) la pesquisa encontró que las personas más limpias tienen también una conciencia más limpia.

Mas continúo sintiéndome muy mal, porque esto último no me da toda la tranquilidad que necesito. Pues el estudio no aclara que el bautismo que predicó Juan no era de agua, sino de arrepentimiento. Tampoco dice que ya Jesús en los Evangelios había abordado el tema con gran sabiduría:

Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre (Mateo 15.18-20).

En todo esto pienso, mientras me lavo las manos.

5 Responses to "Mientras me lavo las manos"

  1. Amados y……comento esto…: Si una persona comete fallas varias veces, aun conociendo y estando en la verdad, aun asi hay esperanza porque que seria entonces de El, y maxime si este lo desea y quiere obedecer a Dios y quiere seguir el camino correcto, porque esto es importante, que la persona quiera…..
    Ahora, si dejamos a esa persona y la juzgamos….como he visto en algunos casos….y la señalamos, cosa que no debemos de hacer, entonces esa persona cae en un estado depresivo, muere espiritualmente y luego hasta fisicamente. No mis hermanos, esa no es la voluntad ni el amor de Dios; cuando el vino a sanar y dar vida a los que estan enfermos, no a los sanos… el trata hasta el fin con el enfermo y esta con el todo el tiempo, no lo abandona nunca……. amen aleluya, Bendiciones!!

  2. Oscar De Luna Alejandro · Edit

    Hola Julio, saludos. Quizás por mi falta de entendimiento tuve que leer 2 veces su tema y, bueno, capté que depende mucho de qué tanto le creamos a Dios para sentirnos o no sentirnos mal con lo que hacemos o dejamos de hacer; mire usted, Pedro cuando negó al Señor Jesús se sintió mal pero muy mal, y le aseguro que no había agua que limpiara su culpa, al menos para él, y eso provocó que el apóstol se sumiera en un desánimo del cual solo el Señor Jesús pudo sacarlo. No sé si sea claro mi comentario; el Señor Jesús nos conoce y sabe de qué carecemos, sin embargo él ya pagó por todos nuestros pecados, y si nosotros estamos concientes de eso también nos perdonaremos y saldremos adelante de nuestras crisis emocionales para servirle al Señor Jesús prontamente, porque de lo contrario nos sumimos por nuestra incredulidad en un pozo muy profundo de nuestra mediocridad espiritual, y todo por no creer que el Señor Jesús pagó ya por todos nuestros pecados y que lo único que quiere saber de nosotros es si lo amamos, porque en esa medida lo obedeceremos.
    ¿Que si vamos a fallar? Por supuesto; somos humanos, pero gracias a Dios por Jesucristo que pagó por nosotros… ahora que si habla del pecado voluntario una vez conociendo la verdad, ni qué decir porque ni toda el agua del mar servirá para limpiarnos, y desgraciadamente algunos ya se acostumbraron a vivir en pecado diciéndole a lo malo bueno y a lo bueno malo, por lo que tienen la conciencia cauterizada.

    Que esté usted bien. Saludos.

  3. Hay dos cosas que nos suceden cuando cometemos faltas: una de ella es nuestra «conciencia espiritual» y la otra es nuestra «conciencia».
    La primera, con tan solo confesar nuestras culpas se tranquiliza (1 Juan 1: 9).
    La segunda necesita que paguemos por nuestras faltas y nos hace sentir sucios e imperfectos.
    En la primera Dios ya nos perdonó.
    En la segunda no nos hemos perdonado aún; por más que nos lavemos, la culpa golpea nuestras puertas y exige justicia para aplacarse.

  4. Dios le bendiga… Creo que este texto goza de un doble mensaje. Pienso y reflexiono en todas las cosas que pasan en la ducha, que en vez de limpiarme, inmaduramente me ensucian… actitudes que degradan progresivamente el espíritu.

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