Manual del cristiano tonto perfecto

Debería comenzar a organizar una especie de catálogo o repertorio sobre el tipo de cristiano que no quiero ser pero que está muy en boga y al que podría llamar “el cristiano tonto perfecto” (C.T.P). Y no es porque sea un petulante y antipático crítico de la paja en el ojo ajeno. Es que se ve y se peca de tanta tontería, ingenuidad e ignorancia en el comportamiento y el discernimiento espiritual que quizás me sirva para armar un manual de autoayuda y llevarlo en el bolsillo, pues yo también podría estar entre ellos.

Así, cuando no esté seguro de lo que hago o de lo que escucho, podría acudir a mi manual del C.T.P y comprobar si estoy haciéndome el tonto, engañándome o perdiendo mi tiempo, y de paso hasta la propia salvación.

Les cuento que suman millones los C.T.P que hacen malabares con las ideas cristianas y terminan quemándose en el fuego de la perdición, y los hay en todos los países, clases sociales, denominaciones e iglesias.

Hasta donde he podido averiguar, las características generales del C.T.P son su ambigua y equivocada credulidad, una candidez sumamente irreflexiva y la manera fácil en que se engaña a sí mismo y se deja engañar por otros.

El C.T.P cree a pie juntillas todo lo que se le dice o lo que lee, busca la verdad en lugares equivocados y se extravía en el facilismo, la superstición y el error.

En su aparente afán de ser inocente como un niño, el C.T.P se hace el tonto, y lo es. A veces se pasa de listo, poniendo en tela de juicio todo lo establecido, estudiado y comprobado. En su pretensión de ir contra la corriente, la sigue, y quiere ser moderno, progresista y de izquierda.

Les voy a adelantar algunos de los perfiles típicos del C.T.P que abordaré en mi Manual, el cual espero usted me ayude a engrosar y perfeccionar con sus comentarios.

No se desanime o asuste de verse aquí reflejado, o quizás a su mejor amigo, pariente, vecino, o líder; al contrario, puede que le sirva de referencia para enderezar sus sendas. Que de dónde saqué o puedo saber todo esto. Le voy a revelar algo que quizás le parezca una tontería, pero no lo es: la propia Biblia, desde los tiempos en que Adán y Eva se hicieron los tontos, es un voluminoso manual para identificar y corregir a los C.T.P. Si no, considere lo siguiente:

El tonto perfecto según San Mateo
• El cristiano tonto perfecto es oportunista por excelencia. Data desde los tiempos en que Juan el Bautista gritó en el desierto: “¡Reconoce tus pecados!” “¡Arrepiéntete!” “¡Vuélvete a Dios!” Pero prefirió correr a la iglesia a bautizarse, por si las moscas, y refugiarse en las bancas, para tratar así de evadir la justicia divina. (Mt 3.1-7)

• El C.T.P no puede evitar caer en la tentación. Cuando le aprieta el zapato, tiene hambre y necesidades materiales, pierde la dimensión espiritual y eterna de su fe, se amarga y reniega de su suerte. Constantemente prueba a Dios y es capaz de venderle su alma hasta el mismísimo diablo por prosperar, tener éxito y poder. No sabe, el muy tonto, que el secreto está en adorar y servir solo a Dios. (Mt 4.1-10)

• El C.T.P se cree un discípulo, un elegido, pero aunque el propio Jesús viniera y le dijera “sígueme, vamos a pescar hombres”, no dejaría sus redes al instante. Negociaría mejor un trabajo ocasional o a medio tiempo, el título, las vacaciones, el salario, etc. (Mt 4.18-20)

• El C.T.P aguarda impaciente las bendiciones de Dios aunque no esté entre los primeros de su lista: los pobres en espíritu, los que lloran, los mansos, hambrientos, misericordiosos, limpios de corazón, pacificadores y perseguidos. (Mt 5.1-12)

• El cristiano tonto perfecto del que habla las Escrituras es aquél que no sirve para proclamar el reino de Dios por insípido, pálido e indiferente. No es el ejemplo que debería ser, mostrando buenas obras al mundo. (Mt 5.13-16)

Continuará…