Ir a la librería a buscar un “buen” libro que leer pudiera parecer una adicción inofensiva. Pero un lector compulsivo o desprevenido puede perder salud, tiempo y dinero en el intento.
¿Cuál libro leer? Los criterios para escoger un libro varían de lector a lector, aunque hay reglas para defenderse de los malos libros. A tal efecto, he preparado una hoja de advertencias para lectores incautos. Imprímala y llévela en el bolsillo.
• Si tiene usted menos de 20 años, lea de todo, hasta los letreros lumínicos de las calles. Eso es bueno para cultivar el hábito de lectura y para informarse. Pero siempre será una bendición tener un mentor que lo pueda ayudar a orientarse, sea un librero (no todos son vendedores rapaces, los hay muy conocedores y sensibles), un maestro, un pastor (o este blog). No olvide que mientras más lea más amplio será su horizonte intelectual y mayor el rango de títulos que pueda elegir. Luego de esa edad, comience a ser más selectivo, por favor.
• Desconfíe. No se deje arrastrar por la fascinación que ejerce la letra impresa. No todo lo que se escribe o se publica es verdad, ni fiel, ni justo, ni serio, ni bueno, ni siquiera ameno o interesante. Como dice el viejo dicho: “El papel aguanta todo lo que le pongan”.
• Las apariencias engañan. No compre o escoja un libro guiándose por lo que ven sus ojos. No se lleve por un título llamativo o impactante, pues a veces ni el propio autor lo ideó. Tampoco por una bella portada. Buena parte del presupuesto de las ediciones está puesta en presentar una preciosa envoltura que, a veces, nada tiene que ver con el contenido.
• Al igual que al supermercado, no vaya a la librería con hambre. Es decir, con hambre de lectura, porque terminará comprando más de lo que pueda leer. Planifique su compra de antemano.
• Usted puede ir a una feria de libros, a una biblioteca o bucear en una librería de viejos, pero vaya con una lista mental de lo que busca o necesita. Compre de acuerdo a su voracidad de lectura. ¿Cuántos libros puede leerse en seis meses? ¿Uno, dos, cinco?
• Evite seleccionar un libro porque es el que más se está vendiendo o porque es de un autor famoso. Esto no le garantiza una buena literatura.
• No necesariamente los libros más publicitados son los mejores. Al igual que sucede con otras mercancías, la publicidad a veces no refleja las verdaderas virtudes o defectos del producto.
• Use como guía de selección de sus libros los mejores resúmenes, revisiones o reseñas que publican las páginas y secciones especializadas de revistas y periódicos importantes. También infórmense (con prudencia) por medio de programas de radio, televisión, páginas de internet y weblogs dedicados a libros y autores. Siempre que sean independientes.
• Leyendo páginas y columnas sobre libros, o escuchando programas de televisión y radio de naturaleza literaria, mejorará su actitud crítica o analítica. Tenga en cuenta, sin embargo, las diferencias entre una revisión, extracto o sumario descriptivo del contenido de un libro, y la crítica literaria, que habla acerca del libro en términos de si es bueno o malo argumentando. En cuanto a libros cristianos se refiere, vale apuntar, la crítica literaria es prácticamente nula o demasiado elogiosa.
• Ayúdese con la solapa, las notas de la contraportada, el sumario, el índice y el prólogo. Pero prefiera la opinión de un amigo que ya lo leyó.
• Aprenda a decir “no”. No se sienta obligado a leer un libro hasta el final. Si a la altura de su cuarta parte todavía le aburre, no le ha cautivado o se siente decepcionado, láncelo al cesto, su tiempo vale oro.
• Sepa que no es indispensable que lea un libro a la vez. Los lectores más diestros avanzan con obras de varios géneros de manera alternativa.
• Escoja su libro orientándose primero por las temáticas de su interés, géneros o categorías literarias. Pero supere las fórmulas mercantiles de libros de superación personal, espiritualistas y de sexualidad.
• Si le gusta la literatura cristiana, sepa que ésta no está exenta de ninguna de las observaciones anteriores.
Hasta aquí mi primera lista de advertencias para el lector incauto. ¿Tiene usted la suya?
Como de costumbre, buenas tus recomendaciones y dignas de ser incluidas en nuestro vademécum de lector. Hay dos cosas que se me vienen a la mente luego de haber leído el artículo. En primer lugar, cuando se trata de niños y jóvenes, hay que ser algo cauteloso con lo que leen. No se puede aplicar el mismo criterio del adulto ya formado a niños y jóvenes que están en formación, especialmente cuando se trata de la formación cristiana y espiritual. Hay que cimentarlos en las verdades bíblicas para que luego puedan construir su casa sobre la roca, que es Cristo, y no sobre la arena de tantas ideas anticristianas.
En segundo lugar, el día de hoy, tal como van las cosas en la industria de libros cristianos, ya no se puede dar por sentado que cualquier libro que procede de editoriales cristianas sea seguro y apto para las mentes de todos. Hay que ejercer cierta dosis de discernimiento en todo momento. Quizás más que nunca ahora valga la pena seguir las recomendaciones de gente que ya haya leído y comentado el libro o incluso la de algunos blogs que puedan ofrecer reseñas y comentarios de las novedades editoriales. Además, la gran mayoría de lectores desconocen el trasfondo de algunos autores y presuponen que lo que escriben carece de problemas. Me llama la atención (por curiosidad solamente) que una de las editoriales más importantes de libros cristianos (en español e inglés) haya decidido publicar un libro escrito por un reconocido autor mormón. ¿Cuántos lectores realmente están conscientes de ello? Con lo dicho anteriormente, no quiero decir que nuestra lista de libros deba ser reducida a solamente unos cuantos libros evangélicos. Pero, hay una realidad fundamental, los autores escriben desde su propia cosmovisión de la vida y experiencia religiosa –es inevitable y automático. Y sin querer queriendo a veces cosas extrañas se cuelan en libros «cristianos» sin que nadie se percate, y luego de un tiempo todos las andamos repitiendo como cotorras.
Generalmente hecho un vistazo general a los temas y, después de meditar un momento respecto al tema que estoy compartiendo y de haber leído un poco de varios libros en la librería, elijo el que más pienso pueda servirme y edificarme, pero su lista me parece interesante… Haré la mía y tomaré algunos puntos de la suya. Saludos.