Leer o no leer la Biblia en las escuelas de El Salvador

Quizás como nunca antes la Biblia es noticia en los medios informativos de América Latina, aunque todavía no se sabe si para bien o para mal.

Una encendida polémica que mantienen pastores de iglesias evangélicas y sacerdotes de la iglesia católica sobre la norma que obligaría a leer la Biblia en las escuelas de El Salvador está siendo ampliamente difundido por la prensa ordinaria, en tanto que los medios alternativos cristianos parecen haber enmudecidos.

“Gracias a Dios soy ateo”, reaccionó un lector en la página web de El Tiempo, un importante medio de Colombia, escribiendo debajo de un reporte de la agencia de noticias francesas (AFP).

Falacia, hipocresía, posiciones populistas e injerencia estatal son términos esgrimidos por ambos bandos para referirse a la normativa, que aún no ha sido sancionada por el mandatario Mauricio Funes, informa AFP.

La polémica surgió cuando la Conferencia Episcopal de El Salvador (Cedes), advirtió que esa iniciativa podría provocar una lucha entre religiones.

Según reportó AFP, Cedes señaló que “el decreto que impone la obligación de leer la Biblia, aparentemente, pareciera ser para los diputados una buena iniciativa y una solución al problema de la violencia; sin embargo, no es así, por el contrario, provocará la lucha entre religiones y eso también es otra clase de violencia”.

Carlos Rivas, un pastor evangélico, dijo por su parte que la lectura debe ser una decisión «consciente» y no obligatoria y que los «primeros» en hacerlo deberían ser los diputados y no adoptar «posiciones populistas».

«Leer la Biblia en las escuelas es un acto en el que estoy de acuerdo, pero no por decreto y menos al libre albedrío en su enseñanza; ahí es donde la medida se vuelve conflictiva, nos enfrenta a todos y vuelve una solución en un problema, casi una torre de Babel, donde todos hablan diferente en torno a un libro común: La Biblia», enfatizó Rivas.

El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, argumentó que pareciera ser una iniciativa conveniente pero no lo es. “La escucha de la palabra de Dios exige un ambiente de fe el cual no existe en la escuela pública, la palabra de Dios exige explicación para ser bien entendida y ese decreto prohíbe la explicación», dijo.

Rivas tildó de «hipócrita» la posición del arzobispo Escobar, no porque el decreto sea inconstitucional, sino «porque se pone en peligro el reconocimiento estatal de la iglesia católica como la única iglesia oficial del Estado salvadoreño, el cual le provee recursos y ayuda directa para mantener el status quo«.

En tanto, el pastor de la Misión Cristiana, Mario Vega, advirtió sobre el peligro de una intervención estatal.

«Mi reserva es en torno al tema de la injerencia del Estado en asuntos que competen a la iglesia. Veo como un peligro, incluso un retroceso histórico, que en este momento se presenta como algo favorable, lo que implica la lectura de la Palabra, pero de esta misma manera, en el futuro se podrían tomar otras (medidas) que no sean favorables», subrayó Vega.

Sobre el asunto, que adquiere dimensiones no solo políticas, sino también doctrinales, eventualmente tendrían que pronunciarse los líderes evangélicos y las instituciones que defienden a ultranza y sin miramientos el fin último de exponer las Escrituras al público.

Ante la polémica, Mauricio Funes, el gobernante de El Salvador, hará el difícil papel de nuevo Poncio Pilato, ante la papa caliente de leer o no leer la Biblia en las escuelas.

Post Comment