Todavía está caliente. Acabado de salir del horno de la Casa Bautista de Publicaciones/Editorial Mundo Hispano. Un exquisito manjar preparado cuidadosamente para la mesa de todo aquel que quiera entender de manera diáfana, sencilla y escueta el papel de las Sagradas Escrituras en el ministerio cristiano.
Con la mira puesta en la iglesia latinoamericana, el insigne peruano Samuel Escobar, uno de los teólogos de habla hispana más universales y meridianos de nuestros días, nos ofrece una serie de reflexiones cardinales sobre las bases y la puesta en práctica del servicio de la Palabra.
La Palabra: Vida de la Iglesia es de esos libros que nos reafirma y que leemos pensando en los muchos amigos, colegas y conocidos con los que quisiéramos compartir ideas tan esenciales.
“Parece que el librito ha sido bien recibido en diversos ámbitos”, admite modestamente Escobar en respuesta a un correo electrónico del autor de esta nota.
¡Librito! Quizás por sus sólo ciento veintitantas páginas, su fluida prosa y poder de síntesis, pero de ninguna manera por su madurez, alcance y profundidad.
“En la primera parte de este libro –nos adelanta Escobar en el prefacio– exploro en tres autores bíblicos un triple fundamento de la existencia cristiana: la Palabra como fuente de la identidad del pueblo de Dios, la Palabra como base del discernimiento en la vida de la comunidad cristiana y la Palabra como brújula de la esperanza que guía la vida del creyente de la iglesia”.
En la segunda parte del texto, el experimentado autor se acerca a la persona, al ministro o siervo de la Palabra, atendiendo en especial aspectos que tienen que ver con la tarea de expositor de la verdad. Examina asimismo la autoridad del ministro, su dignidad, estilo de ministerio, su dimensión afectiva y el desafío para que el ministro sea una persona de Dios, pero también una persona inmersa en el mundo.
“En estas páginas no aspiro a presentar verdades nuevas –aclara el autor. Se trata más bien de reiteración de verdades fundamentales, un esfuerzo por refrescar la memoria y reconsiderar lo que ya sabemos”.
¡Y qué manera de refrescarnos la memoria! Les adelanto, a modo de ejemplo, un fragmento del tema del capítulo cuatro Enseñar con autoridad: “¿Con qué autoridad predica o enseña el maestro de la Palabra? ¿Qué quiere decir que Jesús hablaba con autoridad? ¿Querrá decir que Jesús hablaba a voz en cuello con gestos aparatosos? ¿Querrá decir que manejaba las emociones de sus oyentes con recursos oratorios?”… Interesantes respuestas da el escritor a estas y otras interrogantes.
En la tercera y última parte de la obra, nos ofrece sugerencias prácticas y sencillas sobre la tarea de exponer la Palabra al pueblo de Dios. “No hay posibilidad de vida cristiana que crezca hacia la madurez sin una lectura frecuente e inteligente de la Biblia”, apunta el autor ante la convicción de que en más de una iglesia se ha perdido el gusto por la lectura de las Sagradas Escrituras.
Las páginas de La Palabra: Vida de la Iglesia se forjaron en la década más reciente del ministerio de Samuel Escobar tanto en América Latina como en España. Pero también, a nuestro juicio, durante el tiempo en que este destacado ministro ejerció como presidente mundial de las Sociedades Bíblicas Unidas (SBU).
“La permanencia en la presidencia de las SBU me permitió apreciar y conocer más de cerca la riqueza de dones, recursos y visión misionera que hay puestas al servicio de la traducción y difusión de la Biblia –le comentó el doctor Escobar al autor de esta nota. Capté mejor que nunca antes la pluralidad del pueblo cristiano en una increíble diversidad de culturas y, al mismo tiempo, la unidad en lo fundamental, provista por la Palabra escrita”.
Les recomiendo encarecidamente La Palabra: Vida de la Iglesia, por Samuel Escobar. Editorial Mundo Hispano / 0-311-42120-2 / 128 pp. / 5.5’ x 8.25 / Tapa blanda /.
Bibliografía de Samuel Escobar:
Diálogo entre Cristo y Marx (1967); Decadencia de la religión (1973); Irrupción juvenil (1978); Evangelio y realidad social (1988); La fe evangélica y las teologías de la liberación (1987); Paulo Freire: una pedagogía latinoamericana (1993); Tiempo de misión (1999); Changing Tides: Latin America and Christian Mission (2002); The New Global Mission (2003); La Palabra: vida de la iglesia (2006).
Saludos:
Tengo el privilegio de ser parte del movimiento nacional que dejo como legado nuestro hermano Samuel Escobar: AGEUP, Y bueno es un libro muy bueno el que comentamos hoy. Pero como comprenderá; aunque pareciera que dar razón de nuestra fe frente al Marxismo era de tiempos pasados, veo como nuevamente reaparece. Es por eso que quería saber si podrían ayudarme a conseguir el libro de «Diálogo entre Cristo y Marx». Quedáré muy agradecida.
Queremos compartirles que la Revista Compromiso Cristiano, que contiene articulos de Samuel Escobar y tantos otros, ahora tiene su formato electronico en http://www.compromisocristiano.com
Bendiciones.
Jorge Julio: Como siempre, muy acertados los comentarios sobre el libro de Samuel Escobar. Estoy seguro que muchos lectores de vuestro blog han quedado plenamente convencidos de que hay que leer a la voz de ya la obra del escritor peruano. Curiosamente, en semanas pasadas he navegado en la Red para contactar a tan ameno y sólido escritor con la quizá ingenua esperanza de que me de su opinión sobre los dos libros que estoy preparando. Por cierto, el comentario que hizo vos de mis blogs me dieron un ánimo bárbaro y estoy escribiendo y corrigiendo como un desesperado.Gacias Jorge Julio y bendiciones a todos.
¿Donde puedo comprar este libro, vivo en Argentina Buenos Aires?
Me interesa este libro. ¿Dónde lo puedo comprar? Vivo en el sur de California.
Éxitos y bendiciones.
Excelente libro del Hno. Samuel Escobar, realmente se los recomiendo ¡¡¡
Muy bueno… da ganas de ir a comprar el libro.
¡Gracias amigo!
Samuel Escobar, siempre visitaba nuestras iglesias, cuando se realizaba una reunión de aniversario de la Escuela Biblica, en Villa María, Córdoba, Argentina.-
Tengo de él un gran recuerdo por las caracteristicas mencionadas en este artículo.-
Espero que ingrese pronto, a este país dicho libro, para deleitarme en su lectura.-