Todo el mundo concuerda en que la industria del libro, incluida la del libro de inspiración cristiana, está cambiando o va a cambiar rápidamente, pero muy pocos hablan o saben a ciencia cierta en qué consisten esos cambios.
Lo innegable es que dicha industria padece ya por dos o tres años de fuertes dolores que parecen de parto, dolores que, por demás, se confunden con los sufrimientos de una recesión económica que se hace interminable.
En este contexto, SEPA (siglas en inglés de la asociación de proveedores de recursos cristianos en español) está convocando su cumbre anual, organizada este año por la editoriales estadounidenses Tyndale y Mundo Hispano.
La Cumbre SEPA 2010 tendrá lugar los días 16 al 19 de noviembre en la ciudad de Chicago, Illinois, en un cónclave de libreros, distribuidores y editores.
La cumbre del pasado año fue a bordo de un crucero de Miami, que abordaron representantes de 8 editoriales, 18 distribuidoras y 13 librerías de 15 países.
Una gran parte de las ventas de libros cristianos en América Latina se realizan a través de estos productores y distribuidores.
Tito Mantilla, presidente de SEPA, invitó a los miembros de la organización a disfrutar de un tiempo maravilloso de aprendizaje y comunión en la mayor ciudad de la región Medio Oeste de los Estados Unidos, incluido el deguste de su famosa pizza.
“El tema de la cumbre de este año será ‘el cambio’ –dijo Mantilla. “Nos centraremos en los entornos de edición y distribución, que están cambiando rápidamente, y en cómo debemos adaptarnos como editores, libreros y distribuidores de productos y música cristianos”.
Mantilla explicó en su convocatoria que “nuestro mundo está inmerso en una revolución tecnológica, y debemos cooperar para garantizar que nuestros productos cristianos sigan estando en la vanguardia”.
La cumbre de SEPA se llevará a cabo en las oficinas de Tyndale House Publishers, ubicadas en los suburbios al oeste de la ciudad.
El presidente de SEPA dijo que la cumbre estará “examinando importantes tendencias y asuntos de nuestra industria”.
Participarán al menos 12 “potencias” editoriales, la mayoría departamentos en español de casas matrices norteamericanas, de España y Brasil.
Sin embargo, algunos observadores piensan que los tiempos en que las grandes casas editoriales marcaban el paso de la industria del libro parecen estar caducando.
Muchos actores tradicionales de la industria apenas entienden lo que se dice estar sucediendo con las llamadas “nuevas tecnologías”, aunque a duras penas y sin muchos resultados han tratado de alinearse con las nuevas avenidas del internet.
La tendencia que nadie parece querer admitir es que la industria del libro se está descentralizando y la difusión de contenidos haciéndose cada vez más versátil y diversa, lo que se traduce en un proceso muy doloroso para la manera habitual de hacer negocios.
Para la industria del libro cristiano hoy es un tiempo de globalización, pero con un camino de dos vías, en que a contramano se ofrecen oportunidades de sobresalir a nuevos actores, temas, regiones y maneras particulares de hacer.
Si la industria del libro cristiano está con dolores de alumbramiento, de cierto modo la partera ha de ser la iglesia global. Una buena referencia sería entonces seguir de cerca los resultados de otra cumbre recién concluida, el Congreso de Lausana 2010, un evento histórico que se enfrascó en evaluar los desafíos y tendencias que confronta tanto la iglesia como la evangelización mundial.