Miles de evangélicos nicaragüenses se congregaron en la Plaza de la Biblia de Managua para celebrar el 440 aniversario de la traducción al castellano de las Sagradas Escrituras.
Bajo el lema “Jesucristo es el Señor de Nicaragua”, la Sociedad Bíblica nacional y líderes de 1,500 iglesias evangélicas organizaron el histórico evento.
La tenaz lluvia no fue impedimento para que el Día la Biblia fuera una impresionante celebración.
En lo que constituyó sin dudas una de las más relevantes jornadas de celebración por las Sagradas Escrituras, miles de evangélicos de Nicaragua se congregaron el domingo en la Plaza de la Biblia de su ciudad capital.
El evento fue la culminación de una intensa semana en todo el territorio nacional de maratones de oración, lecturas bíblicas, desfiles y diversos actos y cultos conmemorativos por el 440 aniversario de la traducción al castellano del sagrado texto.
Después de una hora de desfile de bandas y carrozas alusivas a pasajes bíblicos, los evangélicos se agruparon en la amplia explanada, cantando y alabando al Dios del que las Escrituras dan fe, y a Jesucristo como el verdadero “Señor de Nicaragua”.
El fuerte aguacero que tronó junto a la potente voz del tenor Carlos Seise, en el momento en que éste interpretara magistralmente el famoso himno “Cuán Grande Es Él”, marcó el vibrante tono espiritual de la tarde.
El evangelista invitado Dr. Luis Ángel Díaz-Pabón dijo en su intervención que “la multitud presente da testimonio de que la Biblia sigue siendo un documento pertinente para el hombre del siglo veintiuno, que la Biblia sigue siendo un mensaje y una guía para el hombre y la mujer de hoy”.

“El mensaje que Nicaragua y el mundo necesita lo tiene este libro maravilloso”, enfatizó el orador. Ante el llamado del evangelista, decenas de participantes atravesaron la multitud para pasar adelante y tomar por primera vez la decisión de entregar su vida a Cristo.
El conmovedor culto bíblico culminó con un animado concierto a cargo de Danny Berríos, un salmista y adorador muy apreciado por el pueblo evangélico nicaragüense, que coreó con entusiasmo sus canciones.
Así lo vio un pastor nicaragüense
Jimmy Hassan, pastor de la Cruzada Juvenil para Cristo, nos envío el texto que reproducimos a continuación.
Todo era perfecto. La plaza estaba completamente llena, y esto no es una exageración. La gente estaba formada frente a la plataforma de manera compacta y miles más en las calles aledañas. Sumado a esto a la hora de comenzar el servicio por lo menos había dos millas llenas de personas caminando para agregarse a los presentes.
El servicio comenzó casi dos horas tarde para dar lugar a que llegaran 150 ómnibus que venían de regiones remotas. Pastores y líderes de muchas denominaciones mostraban en su rostro el orgullo de haber alcanzado un gran triunfo.
El programa empezó bajo un sol ardiente, pero como todo era perfecto una nube se posó sobre la plaza aliviando el calor y dejando que la música y la expectativa de tener un buen programa eliminaran cualquier incomodidad.
Todo era perfecto. Al anuncio del famoso cantante Danny Berríos el público reaccionó con euforia porque disfrutarían de su privilegiado talento. Con tal de escuchar a Dannny y unírsele en la alabanza no importaba estar de pie por varias horas.
Todo era perfecto. Se anuncio que el predicador Luis Ángel Díaz-Pabón traería más adelante un vibrante mensaje y la expectativa de escuchar Palabra de Dios intensificó el entusiasmo de los presentes.
Todo era perfecto. El programa comenzó con música dinámica en la que el grupo musical y varios cantantes locales pusieron todo su corazón y energías para crear el ambiente apropiado a un encuentro con Dios.
Todo era perfecto. Si tan solo hubiera sido ver cuántos cristianos de tantas iglesias locales se habían presentado y no hubiera nada más, ya había valido la pena el esfuerzo.
Todo era perfecto. Los pastores de las principales iglesias del país estaban presentes. Tenerles en un mismo evento en los que ellos no eran los principales protagonistas, alegraba a todos los líderes, quienes vaticinaban que había llegado el momento de unir fuerzas potentes para dar un impulso revolucionario a la evangelización del país.
Todo era perfecto. Las principales emisoras del país estaban transmitiendo el servicio, haciendo así partícipe a toda Nicaragua de lo que pasaba en la Plaza de la Biblia. Literalmente millones estaban siendo alcanzados en las ciudades, pueblos y aldeas remotas de Nicaragua.
Todo era perfecto. Cuando se anunció al tenor internacional Carlos Seise, muchos se dieron cuenta de que tenían el privilegio de ver y escuchar a un artista por el cual muchos pagan para oírle cantar en las más prestigiadas salas de concierto del mundo el equivalente a varios meses del salario de un nicaragüense.
Por unos minutos la polvorosa plaza se convirtió en el centro cultural más distinguido del mundo. Carlos empezó su presentación con el canto: “Pecador ven a Cristo Jesús”, y los corazones de los presentes de repente se enternecieron. Las lágrimas fueron el común denominador de todos.
Pero lo perfecto llama a lo más perfecto, y Carlos comenzó a cantar el himno “Cuan Grande es Él.” Las manos se levantaron para unirse en la alabanza. Los corazones fueron sacudidos por la presencia misma de Dios; la gente se unió al canto para reconocer la grandeza del Señor. El pueblo estaba en contacto directo con el Soberano del universo.
Difícilmente podía haberse dado una atmósfera más espiritual. Todo se había hecho muy bien, todo estaba saliendo mejor que en nuestros mejores cálculos.
Todo era perfecto. Pero para sorpresa de todos de repente comenzó la tormenta. ¿Cómo puede ser posible que hubiéramos orado tanto, trabajado tanto, que nos hubiéramos esforzado tanto, que el clima hubiera estado tan bueno, que el ambiente espiritual fuera tan alto y, sin embargo, se nos viniera encima la tormenta más fuerte de toda la temporada de lluvias de este año?
Para sumar agravio, la lluvia torrencial vino acompañada de un viento tan fuerte que aún el toldo que cubría la plataforma no protegió a nadie. En segundos comenzaron a correr verdaderos ríos por toda la plaza.
Pero Carlos se enfrentó a la tormenta. En vez de buscar refugio contra el agua, dio dos pasos al frente, se acercó más al público y su voz vibrante continuó proclamando: “Cuan grande es El”.
Nadie corrió a buscar protección. Nadie abandonó la plaza.
Luego le tocó el turno a Danny Berríos, quien puso también en primer lugar al Señor, y olvidándose de su protección personal alabó a Dios con sus cantos, y el pueblo estalló en júbilo sin prestar atención ni por un segundo a la tormenta.
El clímax llegó cuando Luis Angel Díaz-Pabón trajo el poderoso mensaje de la Palabra de Dios. La lluvia y el viento continuaban. Luis Angel, al igual que los demá,s estaba empapado.
La predicación centró la atención de todos en quien realmente tiene todo el poder y no en la tormenta.
A la hora del llamado, decenas de personas tuvieron que forcejear para acercarse a la plataforma y recibir a Cristo. Una vez más Dios había triunfado. Todo fue perfecto.
Por nada del mundo se detengan, porque el mismo Señor nos dijo que mayores cosas ustedes veran.
Fue un momento historico de gran bendicion, que seguramente lo recordaremos en años futuros. El pueblo evangelico demostramos que somos guerreros, que la lluvia no hizo mover al pueblo de Dios, y que celebramos la Palabra de Dios con gran jubilo y gozo.
Yo tuve que esperar mucho para poder entrar al parque y también me mojé pero creame que valio la pena esperar tanto, porque todo estuvo estupendo. El mensaje, los canticos y el ambiente fueron maravillosos. Soy de Estelí pero fui a Managua para escuchar a Danny Berrios.
desearia que trajeran a Estelí una celebracion como esa. El sermon del pastor Luis Angel diaz fue buenisimo y muy apropiado. Dios me hablo y creo que a todos hablo.
¡Qué alegría imaginarme el poder estar en tal evento! Cuánto quiciera que se realizara algo igual en la Plaza de la Revolución de la Habana, Cuba, donde acaban de tener un «concierto a la paz y la libertad». La verdadera paz y libertad la da sólo Jesús, y me alegra tanto que mis hermanos nicaragüenses y mi amigo Carlos Seize se hayan unido con otros hombres de Dios para tal evento. ¡Felicidades! Cuba, tu día llegará, y le pido a Dios me de el honor de poder verlo.
Bendiciones, asi es como trabaja el poder de Dios y la oración. Felicidades, y como evangelista y conferenciante estoy a las ordenes para ayudar en cualquier lugar de nuestra américa.
Nota: mi papá fue pastor misionero en Nicaragua, Honduras.
Siento una emocion increible, Nicaragua, mi segunda patria, como no podia ser de otra manera , dejandose tocar por el amor de Dios.
Carlos , mi amigo y hermano, bendiciones, gracias por bendecir a un pais tan querido.
Daniel
¡Qué maravilla! Imagino a mi amigo y hermano Carlos bajo la lluvia, derramando una lluvia pero de bendiciones con su hermosa voz y con ese himno tremendo que es «Cuán grande es Él». Debe haber sido un conjunto de bendiciones emocionantes y ojalá resulte en frutos de vidas convertidas en Nicaragua. Si este mundo no vuelve a Dios su rostro no habrá forma de que encuentre un camino de paz. Gloria a Dios!
Hermanos
Leer esto es de gran inspiración para todos los que sabemos que el verdadero cambio se dará cuando en cada país se establezca la palabra de Dios como guía en las decisiones de nuestros dirigentes
La presencia de Carlos Seise, quien es un embajador del mensaje de Jesucristo en todo el Continente es una bendicion para los que lo conocemos
El mundo entero es del Señor sin importar lengua o nación , pero …. Muchos aún no lo saben.
No existe rincón en el planeta en que Dios no tenga puestos sus ojos , hay de aquellos que hacen y piensan el mal.
Padre no dejes de sorprendernos