La tradicional feria del libro y la música cristiana de Miami culminó con un balance positivo, a pesar de haberse desarrollado en medio de una tenaz crisis financiera y de la incertidumbre que generó la diseminación internacional del virus de la influenza.
Los organizadores de Expolit, bajo la diligente dirección de Marie Tamayo, merecen la felicitación de la industria del libro cristiano, pues asumieron la difícil tarea de inyectarle algo del ímpetu perdido.
De alguna manera lo lograron.
Sin embargo, uno de los visitantes nos comentó con cierta nostalgia que en esta edición del evento no se vio en las estanterías un libro emblemático como lo fueron en otros tiempos La oración de Jabes o Una vida con propósito, lo que quizás muestra una carencia de creatividad.
“Expolit estuvo mejor de que lo que esperábamos, pero no tan bien como el año pasado”, nos dijo Jorge Enrique Díaz, director de la editorial Mundo Hispano.
“La industria del libro cristiano ha tenido que tomar inteligentemente algunas medidas para paliar la crisis, como por ejemplo publicar menos títulos y publicar menos copias de cada título”, dijo Díaz.
Este editor opina que visto en perspectiva la industria editorial cristiana está, no obstante, en expansión, y pone como ejemplo a Tyndale, una casa publicadora norteamericana que “hace cinco años no tenía títulos en español y ahora se pudo ver en Expolit el crecimiento”.
Otro exhibidor con diez años de asistencia a la feria dice que de todas formas las posibilidades han cambiado mucho y que Expolit, a pesar de ser todavía un importante lugar de encuentro, ha perdido terreno con el uso de la Internet y las reuniones que los propios distribuidores realizan a lo largo del año.
Según Marie Tamayo, ha sido un año de mucha bendición y las expectativas van en aumento. “Estamos ofreciendo la plataforma de Expolit a cualquier organización internacional que quiera venir y aprovechar nuestros recursos y poder de convocatoria”, señaló.
Expolit, sin dudas, pasó la prueba de fuego, pero en lo adelante nadie le va perdonar que se distraiga. Más allá de la coyuntura del momento y los slogans de campaña, le toca ahora continuar estimulando a los proveedores de recursos cristianos de manera novedosa e ininterrumpida.
Expolit, en su 17 edición ciertamente fue un evento único. Si bien es cierto, algunos que anualmente visitan dicha feria cristiana pudieron notar los abates de las circunstancias económicas que se viven a nivel mundial. En el 2009 Expolit experimentó un espíritu renovador y de esperanza. Esto debido a los aires de cambio y transición que el mercado cristiano ha estado experimentando en los últimos años. VidaExtrema.com pudo ser testigo del propósito trascendental que esta feria ha tenido como una estrategia de unidad e impacto en el cuerpo cristiano y una plataforma de la iglesia hispana hacia el resto del mundo.
Mientras el aspecto corporativo de Expolit ha encontrado grandes desafíos, el futuro de este evento se encuentra en el impacto a la juventud y el énfasis espiritual que trae a la ciudad de Miami y regresa a los distintos países representados en quienes asisten y exponen en Expolit.
Como sugiere este artículo, Expolit no solamente pasó una prueba de fuego. En el 2009 se demostró que se trata de un movimiento de cambio y relevancia espiritual antes que una estrategia de mercadeo cristiano.
Es fácil hacer juicios basados en las apariencias externas, el las cifras y los números, al final esa es la manera en que se mide el éxito generalmente fuera del reino de los cielos. Pero el éxito de Expolit esta en reunir a la iglesia para prepararse en su servicio y trascendencia al mundo entero. Mas que un método de contracultura religiosa, Expolit experimenta en estos momentos un cambio de una estrategia transcultural y misionera, llevando no solo un mensaje, pero un espíritu distinto a la cultura actual en el lenguaje hispano.
Mucho queda por esperar de Expolit en sus próximas versiones, y gran parte de esto irá de la mano con la verdadera misión de Expolit al ser punta de lanza en la evangelización mundial, la movilización de la juventud en el liderazgo y la acción social que saca a la iglesia de las cuatro paredes para enfrentarla a un mundo mayor, internacional y que espera por lo mejor que tiene el cuerpo de Cristo por compartir en amor con el mundo.