Espacios para la literatura cristiana de ficción

EstanteríaLas estanterías de libros cristianos en español deberían darle a las obras literarias el lugar que ameritan.

Acabo de leer la novela corta El milagro de Vista Hermosa (Christian Editing, 2013), de la colombiana Liliana de la Hoz Restrepo, escrita al estilo de los grandes de ese país. Uno de esos libros que no podemos parar de leer hasta terminar. Una especie de “crónica de una masacre anunciada” que nos trasporta a los peores días del departamento de Magdalena, donde la desolación, el éxodo y el olor a muerte eran casi el pan de cada día. Una historia de fe y sanación cristiana sumamente cautivadora, que estoy seguro miles de sus coterráneos quisieran leer, o debieran hacerlo.

Espero que sea poco el tiempo para que esta sugerente obra vaya al encuentro de sus lectores, o que los ávidos buscadores de buena literatura la encuentren como aguja en un pajar.

De momento, El milagro de Vista Hermosa no está en las librerías cristianas de su país de origen, y sólo Dios sabe si su circuito de distribución lo tomará alguna vez en cuenta.

Tenemos un conflicto los lectores hispanoamericanos que queremos ver reafirmada nuestra fe con obras literarias basadas en nuestra propia realidad y cultura. Todavía más… tenemos un vacio doctrinal los lectores que buscamos en una apasionante recreación literaria explicaciones existenciales valederas.

Mientras las tiendas dedicadas a la venta de textos evangélicos siguen en caída libre y los mercacólogos recomiendan llenar las librerías de bisutería para paliar la crisis, a muchos lectores de las Américas y España les resulta imposible encontrar obras literarias de autores autóctonos. Entre la larga fila de recetarios de autoayuda, biblias para toda ocasión y las reflexiones del autor de moda, difícil es hallar un relato, una novela u otra pieza de literatura.

Resulta incompresible la ausencia casi absoluta de este tipo de libros en las estanterías en español, cuando en el mercado norteamericano cristiano, por el contrario, son los llamados libros de ficción los que salvan de la quiebra a varias editoras.

¿Que hay que estimular la lectura? Bueno, he aquí una legítima oportunidad. No pretendamos hacer que los jóvenes adquieran el hábito de leer lanzándole densos tratados EXPOLIT 2013bíblicos o limpiando nuestro viejo inventario.

Los cada vez más recelosos proveedores de libros cristianos no le dan ni el beneficio de la duda a la literatura de ficción en español; explican que no es bienvenida, que no pasa la prueba del mercado para el cual trabajan. Es decir, que los cientos de miles de lectores que persiguen las obras de García Márquez, Vargas Llosa, Isabel Allende, Bryce Echenique, Juan Rulfo, Cabrera Infante, Cortázar, Carlos Fuentes, Octavio Paz y un largo etcétera de autores menos conocidos, jamás se le ocurriría leer algo que esté en los estantes cristianos, máxime si no es una traducción del inglés. ¡Qué manera de subestimar el potencial de nuestra literatura!

Algo anda mal cuando no tomamos en cuenta la alta incidencia de la literatura de ficción entre los libros más vendidos en países de las Américas y España. Es más, la buena narrativa cristiana de ficción es el tipo de libro que más posibilidades tiene de trascender el apartheid muchas veces autoimpuesto hacia los mercados generales.

Los autores de literatura cristiana necesitan también su espacio, en un mundo en que parece no se puede escribir teniendo sólo al lector en mente, sino además cautivo. De ahí lo estimable de iniciativas como el Premio Relato Cristiano y el Fondo de Literatura Cristiana. Con esto les hemos dicho a decenas de escritores: “Ciertamente es un verdadero desafío pedirle a alguien con el oficio más solitario del mundo que deba hacerse de un púlpito o de una plataforma social para ir al encuentro de sus lectores, sobre todo si se es primerizo o han publicado sin la ayuda de una editorial o un agente literario; aquí tienen pues un poco de espacio, gánenselo ahora con la calidad de sus obras”.

Del Premio Relato Cristiano vale comentar que este año se presentará en Expolit, la feria del libro cristiano de Miami, la extraordinaria colección El susto maravilloso y otros relatos sorprendentes (Christian Editing. 2013), encabezada por la excelente recreación bíblica del laureado novelista uruguayo Álvaro Pandiani, alguien absolutamente ignorado por los distribuidores de libros cristianos de su propia tierra.

Me es grato saber, con todo, que Liliana estará con El milagro de Vista Hermosa en el próximo Expolit, invitada a participar en un Taller de Narrativa. Ella tendrá aquí su breve y merecido espacio, en un mundo en que además del lector también hay que cautivar a los funcionarios de la industria del libro, para lo cual necesitaremos de otro milagro.

6 Responses to "Espacios para la literatura cristiana de ficción"

  1. Sí, es una pena que no haya un espacio más concreto para la literatura de ficción cristiana. Yo creo que es un problema de dos polos. Por un lado, el incorrecto enfoque de difusión en cuánto al público al que se busca llegar con la ficción cristiana y por el otro, el hecho de que muchos cristianos son muy prejuiciosos y legalistas en cuanto a lo que leen.

    Yo escribo ficción con valores cristianos y trato de mostrar a Dios lo más posible en mis historias. Si es posible, inspirar al que lee a buscar a Dios, orar, conocerlo e intuir al Espiritu Santo. Pero, en mi humilde opinión, es muy importante tener bien presente para quién se escribe: Para el mundo, que necesita ser inspirado a creer o para la iglesia que necesita ser inspirada a amar, crecer, salir, etc. Esto presenta un problema que produce que muchos escritores caigan en la trampa de querer parecerse al mundo y meter a presión el mensaje del evangelio en una novela que bien podría haber sido no cristiana. He visto esto en varias películas que han salido al mercado ultimamente.

    El desafío para los que amamos leer y escribir, como cristianos, radica en ser sabios, creativos y buscando la inspiración divina en una co autoría con el Espíritu Santo, crear historias que inspiren a creer al público correcto en el momento correcto.

    Me encantaría poder ver más ficción cristiana de calidad, ver más cristianos expresándose en la poesía, el guión cinematográfico, etc.

    Yo creo que estamos en un tiempo nuevo y creo que es posible.
    Un abrazo.

  2. Puse un comentario aquí, hace unos días, apoyando 100% lo expresado por Jorge Julio en el artículo. No sé si no quedó registrado. Reitero mi coincidencia y solidaridad con lo expresado.

  3. HOLA BENDICIONES, terminé mi primer manuscrito y quiero saber algún plan de publicación, no se si esta información sea con ustedes, me encuentro en Colombia, espero respuesta gracias.

  4. Estimado hermano Jorge Julio,
    Interesante tu reflexión y tiene su razón, pero hay algo que afecta la venta y distribución de novelas, literatura, etc. Y tiene que ver con libros de lectura que se requieren en los colegios. Y tiene que ver con la motivación a la lectura de nuestros adolescentes.
    Tú y yo aprendimos a amar la lectura en nuestra niñez y juventud, pero los de hoy quizás nunca lo aprendieron, y si en sus colegios no los obligan, crecen sin el hábito de lectura.
    Sería interesante evaluar esa realidad que en Guatemala es serio.
    De mis alumnos universitarios, realmente pocos tienen el hábito de lectura y yo les reto a desarrollarlo.
    Son pensamientos de
    Martha Saint de Berberián
    Ediciones SA BER
    Guatemala

  5. GLORIAEDILSA ROMERO LOZANO · Edit

    Es verdad que al parecer la narrativa de ficción cristiana no tiene salida en el mercado, lo cual no significa que renuncie al sueño de escribir para llevar a una sociedad perdida las Buenas Nuevas del Evangelio, ahora con mayor razón después de saber del Fondo de Literatura Cristiana. La grandes empresas en sus comienzos suelen ser para algunos un «disparate» , a su tiempo el «disparate» deja de serlo para convertirse en una realidad.

    Felicitaciones señor Jorge Julio y a todos sus colaboradores, mil bendiciones.

    Me pueden decir cuánto cuesta el libro El Milagro de Vista Hermosa, y dónde se puede conseguir.

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