Desempleados cristianos depositan en sus templos crisis financiera

Este domingo los feligreses de una iglesia evangélica promedio de Miami, una ciudad golpeada duramente por la recesión económica, apenas se inmutaron cuando el pastor reclamó un monto más elevado en las ofrendas.

Como en toda época de crisis, las iglesias están experimentando una inusual concurrencia, pero muchos de los asistentes con varias semanas de desempleo no parecen dispuestos a ceder sus últimos centavos, de manera que las iglesias y organizaciones sin fines de lucro tanto de esta ciudad como de todo Estados Unidos han visto estas Navidades sus donaciones bajar en forma dramática.

Según un nuevo estudio del Grupo Barna, en los últimos tres meses los norteamericanos han ajustado sus finanzas, incluidos los diezmos, las ofrendas y las donaciones a organizaciones cristianas.

Asumiendo el reto con mucha más responsabilidad de su tarea pastoral, empero, el estudio realizado por Barna también indica que varias iglesias se han dedicado a ayudar a sus fieles en relación con los problemas que se derivan de la crisis actual. Un 35% de los cristianos dice que en sus iglesias hubo algún tipo de charla especial dedicada a la situación económica y cómo enfrentarla. Algo similar ocurrió con las oportunidades de ayuda o consejos financieros.

Cindy Krischer, del periódico local The Miami Herald, relató que en todos los sectores económicos, los despidos se han convertido en el recurso más socorrido de las compañías. Hasta noviembre, más de un millón de personas en todo el país perdieron su empleo. “Para empeorar las cosas –dijo–, las empresas no parecen estar contratando a nadie, lo que dificulta pronosticar cuánto demorará el encontrar un nuevo trabajo”.

Cindy asegura que la crisis financiera afecta también a las relaciones de pareja. “Una de las mayores dificultades que una pareja puede enfrentar es que uno de los dos pierda el empleo. La situación puede causar emociones intensas como humillación, desesperanza, miedo y frustración, especialmente durante la temporada festiva”, dijo en un artículo.

Mantener el optimismo puede resultar difícil cuando un desempleado se hunde en la desesperación. Susan Leventhal, asesora de WorkForce One, anima a los que todavía tienen empleo a que se reúnan para intercambiar posibilidades de trabajo y crear un sistema de apoyo.

Pero en las iglesias todavía son pocos los esfuerzos concretos en la consejería cristiana y en la creación de grupos de apoyo para aligerar la carga de los desempleados.

Ignacio Sánchez, con cinco meses desempleado y que se congrega en El Rey Jesús, una de las más concurridas iglesias de Miami, dijo para este artículo que en los sermones se habla asiduamente de la crisis económica, que también hace poco se le ofreció un chequeo médico a los feligreses sin recursos y que se dieron pavos gratis para cocinar en el Día de Acción de Gracias, pero nunca le han preguntado por su situación particular ni ofrecido consejería o una ayuda específica.

Ignacio, que sin importarle a dónde va su dinero en algunas ocasiones ha “sembrado” en las campañas de recaudación que sistemáticamente realizan algunas emisoras radiales bajo la alegada promesa de que en breve su dinero se verá multiplicado, dijo que él se ha mantenido, “por fe”, dando en los cultos la misma cantidad de ofrenda habitual y piensa que al menos sus pastores se han mantenido al nivel de las circunstancias a la hora de pedir contribuciones.

“La situación económica se nota en los canastos de las ofrendas”, nos refirió por su parte el pastor de una pequeña iglesia del suroeste de la ciudad que pidió no apareciera su nombre. “Los diezmos (cuotas fijas) y las donaciones personales son las fuentes de ingresos que están sosteniendo los principales gastos de la congregación, pero de la mayoría de los bolsillos de los miembros cada vez salen menos monedas”, dijo. “Es un tiempo terrible para todos; no sé qué decirles a los que han perdido sus empleos, que no sea orar por ellos”.

Al ser preguntado sobre si no le parece abusivo pedirle más dinero a los que han quedado sin empleo, el pastor respondió que en eso se basa “el milagro de multiplicación que esperamos”.

En relación con el apoyo de oración por este asunto, el 78% de los protestantes encuestados por el Grupo Barna afirmó sentirse respaldado por su congregación. La consulta no dice cuántos desempleados creen que las iglesias pudieran también hacer el milagro de darles un poco más, ahora que tienen menos.