Alarmante el uso frecuente de falsas citas bíblicas, según académicos.
Sepa el lector que el título entrecomillado de este artículo no es un mandamiento sacado de la Biblia, aunque por su forma sentenciosa y conveniente enunciado pareciera serlo.
Es que el uso recurrente de falsas citas bíblicas se ha convertido en un mal común.
John Blake, de CNN, acaba de explorar el tema en un sugerente informe de prensa que cuenta como Mike Ditka, leyenda de la NFL, estaba dando una conferencia de prensa un día después de ser cesanteado como entrenador de los Osos de Chicago, cuando decidió citar la Biblia.
«La Escritura te dice que todo pasará», dijo Mike mientras se le quebraba la voz, luego de llevar a su equipo a sólo cinco victorias en la temporada previa. «Esto también pasará».
Dice el periodista de CNN que Ditka se equivocó en sus citas y que éstas no aparecen en la Biblia. Él estaba citando una Escritura que suena a que pertenece a la Biblia, pero si la verifican, no está ahí.
El error bíblico de Ditka es muy usual. La Biblia puede ser el libro más reverenciado, pero también es el más citado de forma incorrecta. Políticos, oradores motivacionales, entrenadores, todo tipo de personas, citan textos que de hecho no están en la Biblia, dicen alarmados muchos religiosos académicos.
Según CNN, estos pasajes fantasmas incluyen:
«Dios ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos».
«Ahórrate la vara, malcrías al niño».
Ninguno de esas frases está en la Biblia, e incluso pueden ser antibíblicas, dicen los académicos.
Pero la gente pocas veces las contradice, porque la ignorancia bíblica es tan generalizada que incluso llega a grupos de personas que deberían tener más cuidado, dice Steve Bouma-Prediger, un profesor de religión en la Universidad Hope en Holland, Michigan.
Muchos no se dan cuenta porque no quieren; la gente prefiere saber pasajes bíblicos que refuercen sus creencias preexistentes, dice un profesor de la Biblia.
«La mayoría de la gente que le profesa un amor profundo a la Biblia, nunca ha leído el libro», dice el rabino Rami Shapiro, quien una vez tuvo que persuadir a un estudiante de su clase de Biblia en la Universidad de Middle, Tennessee, de que el dicho «este perro no cazará», no aparecía en el libro de Proverbios.
«Algunos han memorizado partes de textos que pueden unir para probar la base bíblica de sus creencias», dice, «pero ignoran una vasta mayoría del texto».
La ignorancia no es la única causa de los versículos fantasmas. La confusión es otra. Algunos de los versículos falsos más populares son paráfrasis concisas con pedazos de sabiduría popular.
John Blake nos invita a considerar estas dos:
«Dios trabaja de formas misteriosas».
«La limpieza es cercana a la santidad».
Ambas parecen ser tomadas de la Biblia, pero no es así. La primera paráfrasis es de un himno del siglo 19 del poeta inglés, William Cowper («Dios se mueve de una forma misteriosa / Sus milagros realizará«).
El pasaje de la «limpieza» fue acuñado por John Wesley, un evangelista del siglo 18, quien fundó el metodismo, dice Thomas Kidd, un profesor de historia en la Universidad de Baylor, en Texas.
«No importa si fue John Wesley o alguien más a quien se le ocurrió el sabio dicho, si suena como un proverbio la gente se imagina que es de la Biblia», dice Kidd.
Nuestra afición por lo breve y tuiteable también puede explicar nuestro afecto por frases bíblicas fantasmas. Los seudoversículos funcionan como tuits teológicos: son resúmenes concisos de conceptos bíblicos.
«Ahórrate la vara, malcrías al niño» cae en ésta categoría. Es un versículo popular, y para muchos niños doloroso. ¿Algún niño emprendedor podría evitar la vara al señalarle a su mamá que lo que dice no está en la Biblia? Es poco probable. La respuesta de la mamá sería: El dicho popular es una paráfrasis de Proverbios 13:24: «El que detiene el castigo, a su hijo aborrece».
Otro dicho que suena digno de la Biblia: «El orgullo antecede la caída». Pero su aproximación, Proverbios 16:18 en realidad dice: «Antes del quebrantamiento es la soberbia; y antes de la caída la altivez de espíritu».
También existen versículos bíblicos falsos para los cuales no hay excusa. El orador se equivocó.
Bruce Wells, un profesor de teología, cree que eso fue lo que le pasó a Ditka, ex entrenador en la NFL, durante su conferencia de prensa en 1993, en Chicago. Wells escuchó el error bíblico de Ditka en la televisión local, cuando todavía vivía en Chicago. Después que Ditka citó el oscuro pasaje, los reporteros buscaron sin éxito la fuente bíblica.
El que te equivoques con las Escrituras puede parecer poco significante, pero puede ser peligroso, dice un académico. La mayoría de la gente ha escuchado este: «Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos». Es otra Escritura fantasma, que no tiene lugar en la Biblia, pero mucha gente cree que sí. De hecho está atribuida a Benjamín Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos.
«Muchas veces infectamos a la Biblia con nuestros propios valores y moral, sin preguntar cuáles son los valores y moral de la Biblia», dice Sidnie White Crawford, un académico de estudios religiosos en la Universidad de Nebraska.
¿De dónde vienen estos pasajes fantasmas?, se pregunta CNN.
Es fácil culpar al analfabetismo bíblico por la popularización de falsos pasajes. Pero las causas son variadas y datan de varios siglos atrás.
Algunos de los culpables son anónimos, perdidos en la historia. Ellos son artistas y cuentacuentos, quienes a través de los años embellecieron historias y pasajes bíblicos con sus propios giros.
«Si citabas la Biblia y te equivocabas, la gente lo notaba porque sólo había un texto», dice. «Hoy en día hay tantas traducciones que nadie puede decirte con seguridad si algo supuestamente está bien o mal citado de la Biblia».
Otros culpan a Martín Lutero, el monje alemán que inició la reforma protestante, la «protesta» masiva en contra de los excesos de la Iglesia Católica Romana, que llevaría a la creación de la Iglesia Protestante.
Es de gran tradición protestante que cualquiera puede ser capaz de tomar la Biblia y leerla por sí mismos. “No hace falta un entrenamiento escolar o un clérigo que lleve a un laico a través del texto”, dice Craig Hazen, director del programa Apologética Cristiana de la Universidad de Biola, en el Sur de California.
«Puedes ver cómo el problema se manifiesta en grupos de estudios de la Biblia en todo Norteamérica, donde buenos cristianos, sin ningún entrenamiento, tomando café descafeinado y comiendo brownies se preguntan uno al otro: ¿Qué significa este texto para ti?”, dice Hazen. «No sólo lo malinterpretan, muchas veces terminan citando versículos que no existen».
Isaías 45:15 Verdaderamente, oh Dios de Israel, Salvador nuestro,
tú obras de manera misteriosa.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Buenísima nota.
Claro que al citar la Biblia lo más importante debe ser el espíritu del texto. Todavía me entristece más cuando alguien cita con precisión un versículo pero lo usa de forma impropia.
Los de poca formación teológica a menudo se equivocan por ignorancia pero su intención es buena. Su problema queda resuelto con un poco de estudio. Son de limpio corazón.
Pero ¿qué haremos con los que gracias a sus estudios la pueden citar en lenguas originales pero “la mal aplican” oscureciendo la verdad? Esos necesitan algo más que libros. Son de corazón enfermo.
Cuando el pueblo común hace mal uso del idioma no contamina el diccionario. Ocultarle los libros no ayuda.
Cuando el cristiano común cita equivocadamente la Biblia tampoco la daña. No se la oculte. Debemos hacerla más accesible y ocuparnos más en enseñarla.